Con un procedimiento casi fotográfico, el lienzo contrasta el primer plano de la joven -con un rostro ligeramente inexpresivo, enmarcado por una pesada cofia de cabello recogido en un moño, y captada en el acto de inhalar el aroma de un gran ramo de flores que ella sostiene en los brazos - en el fondo, que consiste en un paisaje primaveral fresco representado con varios tonos de verde. Datado en torno a 1903, el cuadro está construido con las pinceladas rayadas típicas de Zandomeneghi, inspiradas en la pintura de Renoir, y forma parte de las numerosas obras de la artista que tienen al universo femenino como protagonista. C. Gelao