A raíz del colapso general del espacio del mito, el conocimiento del mito se convierte en la base para la creatividad y la percepción de la realidad. (E. A.) Con el proyecto "Doce, madera, delfín, cuchillo, cuenco, máscara, cristal, huesos y mármol - fusión. Explorando materiales" inaugurado en la Colección Maramotti en 2013 del que forma parte esta obra, Evgeny Antufiev quiere liderar la espectador en una experiencia perceptiva de transformación en la que materiales, objetos, formas -que solemos asociar con funciones físicas- abandonan su identidad cotidiana para volver a entrar en una dimensión arquetípica. Según el artista, la antigua y misteriosa sacralidad de la imagen ha perdido su aura; la imagen ya no es capaz de conectarnos a una 'otra' dimensión, en la que podamos continuar en el camino de la construcción de nuestra identidad, de nuestra relación con el mundo. El "despliegue" del mundo de Antufiev nos habla de la nostalgia de una tensión escatológica en la que todo podría reconectarse entre los planos humano y divino y en la que el gesto creador del hombre podría catalizar una energía en constante mutación, capaz de evocar una inmortalidad. , entendida no como supervivencia, sino como "persistencia del sentido".