Viajar en los mundos subterráneos también significa mirar hacia adentro, en nuestras profundidades. Para Badly Buried, Eleonora Luccarini se sumergió en el abismo de su yo multidimensional. A través de la performance y las imágenes en movimiento, el artista nos presenta a su alter ego Léonard Santé, un hombre blanco cisgénero en crisis de identidad. En la performance Léonard Santé 13 poemas (2020), el artista lee poemas escritos por Santé. Las dos personalidades luchan a través del cuerpo del artista mientras resuenan las palabras de Santé. Se percibe otra presencia inquietante: una dominatriz fantasma, cuyas botas negras fetichistas se alzan junto a Luccarini, a quien también se invoca en el poema de Santé “Nunca besé un zapato / hasta ayer / Me basta saber / mis niñas no usan tacones solo para parecer más alto”. Al final de la actuación, Luccarini finalmente desaparece, dejando el espacio para ser ocupado por la presencia invisible de Leonard Santé y la dominatriz fantasma. En el video 4 cascos no dejan huellas (2021), Santé aparece visualmente por primera vez, aunque solo como un personaje en imágenes generadas por computadora (CGI). Su espeluznante rostro infantil contrasta con el sombrío escenario de un accidente automovilístico. La obra existe entre las garras de distintas identidades: la del niño que habla como adulto y pecador, así como la del alter ego y el artista, cuya voz transmite su poesía.