Es el retrato de la madre Annetta Treves, comparable por la posición frontal, por el alargamiento de la figura y el brillo del rostro representado con rasgos esenciales, por el corte oblicuo de los ojos, a la Figura expuesta en la Cuadrienal Romana de 1931; Ragghianti identificará, en 1948, cierta reelaboración de la experiencia de Modigliani.