La gran escultura representa la culminación de una meditación que el artista venía realizando desde principios de la década de 1940. El Gran Génesis es el resultado de una larga reflexión en la que el artista elabora los principales temas que abordó en todas sus obras: los afectos, la nostalgia y el vínculo entre madre e hijo. La importancia del tema abordado se evidencia también en la elección de los grandes tamaños de la escultura y la poderosa imagen se convierte en emblema de la maternidad. La magia del cuerpo que se transforma y la maravilla de este cambio son evidentes en la elegante pose de la mujer que recoge su cabello levantándolo hacia arriba, como para mostrar la belleza de su cuerpo bien formado.