El tablero conserva la pintura original no solo en el tablero, sino también en el marco. Aquí aparece un cartucho pintado con la firma de su autor: Antonello da Messina. En su vida transcurrida entre su Sicilia natal, Nápoles y Venecia, Antonello supo crear un puente entre las tradiciones pictóricas italiana y flamenca. El resultado fue un arte caracterizado por una meticulosa representación de los detalles, una amplitud monumental y una intensa carga emocional. El Ecce Homo fue adquirido en 1824 por Giacomo Spinola y se conserva en este edificio desde entonces.