El llamado trono Corsini es uno de los objetos más fascinantes y problemáticos de la colección. La escultura fue encontrada entre 1732 y 1734, durante las excavaciones realizadas para construir los cimientos de la capilla de la familia Corsini en la basílica de San Giovanni in Laterano. El fondo está dividido en dos registros delimitados por un marco con una rama de hiedra, con una serie de soldados en el superior y escenas de caza de jabalíes en el inferior. Sobre la base, sobre un friso vegetal, se desarrolla la banda figurada principal con escenas de sacrificio, lucha y procesión de interpretación poco clara. Por tipología y decoración, la obra forma parte de la serie de tronos funerarios muy extendida en el entorno etrusco y realizada principalmente en bronce o terracota. El uso del mármol y el lugar donde se encontró, sin embargo, devuelven el objeto al contexto romano y lo hacen único en el panorama de la producción escultórica antigua. Su singularidad, junto con los hechos relacionados con el lugar del hallazgo, ha permitido, sin embargo, plantear hipótesis sobre su función y papel: sería, de hecho, el símbolo de la ascendencia real de la más importante de las mujeres de los Plautii. Familia Silvani, Urgulania, de linaje etrusco y casada hacia el 40 a. por M. Plautius, vir praetorius. La obra es, por tanto, una fiel copia romana de época tardorrepublicana de un trono principesco etrusco de finales del siglo V a. C., como prueba de la realeza de la gens de Urgulania.