El rostro, de intensa expresividad, representa un personaje masculino maduro, con cabello y barba suavemente ondulados. El cabello, probablemente modelado sobre la última capa de masilla aplicada, es alto y voluminoso, con grandes remolinos a los lados de la cabeza y un gran rizo en forma de concha en la frente. La boca está bien diseñada, con el labio superior libre por el gran bigote rizado en la parte inferior; las cejas gruesas están marcadas por unas líneas onduladas grabadas. Los ojos, desprovistos de pupilas, están completamente abiertos y ligeramente hundidos, con los párpados casi completamente ocultos por el arco de la ceja. Hay rastros de rojo en los labios y las orejas; en la barba, bigote y ojos hay ligeros restos de un pigmento oscuro. El carácter estilístico de la obra es similar al de algunos hallazgos del área de Hadda.