Siempre uno de los símbolos del Museo Egipcio, la estatua representa al famoso faraón Ramsés II, uno de los personajes más famosos del antiguo Egipto que, en sus más de sesenta años de reinado, amplió y fortaleció las fronteras del país. La estatua es un bello ejemplo del arte de la época: la túnica que viste el soberano es similar a la que se suponía que debía llevar en la realidad, los pies calzan sandalias y los lóbulos perforados de las orejas retoman la moda típica de la época amarniana anterior.