Los exvotos anatómicos representan una categoría de ofrendas muy extendida en los lugares de culto de todo el Mediterráneo antiguo, hasta la Galia romana. Se trata de reproducciones parciales del cuerpo humano (normalmente partes enfermas) que estaban consagradas a deidades curativas, entre ellas Asclepio y muchas otras: de hecho, dentro del antiguo Panteón, la "función sana" podía ser ejercida por múltiples divinidades. Ofrecer tales exvotos anatómicos era una práctica muy común en la antigüedad: por lo general, se depositaban en un santuario después de un voto o como muestra de agradecimiento por una curación.

Exvoto anatómico de terracota en forma de rostro - se cree que en el santuario se colocaban ofrendas en forma de rostro, desprovistas de cualquier aspecto patológico, para pedir alivio a la deidad invocada por dolores de cabeza o migrañas.