La cánula se introdujo en un orificio previamente realizado en el abdomen, unos cuatro dedos por debajo del ombligo del lado izquierdo. Este orificio, realizado con sumo cuidado para no afectar ninguna vena, no debía tener más de un tercio de dedo de profundidad, hasta llegar a la perforación del peritoneo. El disco lamelar colocado en un extremo servía para introducir la cánula a la profundidad adecuada, evitando una penetración excesiva.
Título: Cánula evacuadora
Autor: Anonimo
Fecha:
Técnica:
Expuesto en: Museo de Historia de la Medicina de Roma
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