Entre las numerosas obras que Angelo Morbelli dedicó a Pio Albergo Trivulzio, Vecchine Curiose es única en términos de tema, sin precedentes en la elección inusual de robar un momento de alegría casi serena a los huéspedes. La perspectiva de un largo corredor del histórico refugio milanés acoge una teoría de damas igualmente vestidas que proceden de atrás, algunas en parejas, otras solitarias, mientras cinco de ellas se paran en primer plano frente a un lienzo sobre un caballete, no ya inclinándose sobre su trabajo sino sobre el de los demás, enfrascados en un diálogo que se percibe vivo, insertos de lleno en el espacio de la vida, gracias a una ambientación más aireada que redime la claustrofobia de los refectorios y las salas comunes, con un toque de el pórtico abierto al azul más puro del cielo. Con fecha de 1891, año del inicio del divisionismo en la Primera Trienal de Brera Vecchine Curious, se resuelve dividiendo y mezclando áreas. Destaca el efecto del muro escorzado realizado mediante la superposición de una rejilla de color amarillo ocre sobre la base gris-azulada, un contraste complementario que también ilumina el suelo con un tramado superficial más escaso que alterna el amarillo claro y el azul oscuro, obtenido el especial herramientas con múltiples puntas inventadas por el propio pintor.