En el salón de roble perteneciente a la Colección Wolfson se explicitan los elementos peculiares de la producción Art Nouveau del mueblista genovés: las aplicaciones fitomorfas en la talla, a menudo lacadas, aunque derivadas del repertorio lingüístico del nuevo estilo, adquieren un marcada connotación plástica de matriz naturalista en su mobiliario que presumiblemente proviene de su formación pictórica ligada a la naturaleza y el paisaje. El propio uso del lacado denota un gusto cromático que se expresa en este caso en el refinado juego de tonos verdes y azules de la cofia en perfecta armonía con los matices del sinuoso estampado floral del tejido.