El Museo Oteiza de la ciudad navarra de Alzuza (Pamplona) se encuentra en un edificio diseñado por Francisco Sáenz de Oiza que pretendía responder a la sencillez perseguida por el arquitecto. El edificio, que también alberga los mismos cimientos, se construyó en la ladera sur de Alzuza y se presenta como un cubo de hormigón teñido de rojo, coronado por tres grandes lucernarios prismáticos. Su interior se distingue por la sucesión de diferentes espacios que son descubiertos por las distintas entradas de luz del Museo. Una característica notable es que el edificio dialoga perfectamente con la vivienda original del artista, ahora conocida como Casa-Laboratorio. Las dos estructuras se comunican a través de una galería acristalada y al mismo tiempo conservan la fachada y la estructura interna de la casa tal como era en los años en que Oteiza residió en esta ciudad. Jorge Oteiza y su esposa Itziar Carreño se instalaron en la casa en 1975. Aquí el artista encontró el aislamiento necesario para enfocarse en su creación poética, de no ficción y de investigación, aunque también fue un punto de encuentro para la comunidad intelectual en contacto con Oteiza. La visita ofrece un estudio en profundidad de la personalidad creativa del artista a través de la exposición de diferentes unidades temáticas, geográficas y audiovisuales. Los distintos espacios de la Casa-laboratorio se organizan en virtud de nuevos elementos informativos y documentales que dan testimonio de los escenarios y disciplinas creativas de Jorge Oteiza y que aportan unas claves que permiten acceder al todo creativo y vital del autor, sirviendo de marco visión cartográfica de su personalidad y sus pronunciamientos creativos.